La moda de los años 80 se caracterizó por ser un hito de la revolución femenina, ya que tras la era hippie la mujer venía luchando por su independencia y liberación de una sociedad machista y misógina en la que su papel era relacionado únicamente con el hogar (y las tareas domésticas) y no con los espacios laborales. Por lo tanto, el traje con hombreras fue el símbolo feminista del momento, pues ellas adaptaron un estilo empresarial y varonil, y dejaron de lado lo estilizado y femenino. 

Por otro lado, la década fue reconocida por el consumo de drogas y sustancias alucinógenas, por lo tanto, toda la estética de la cocaína, las fiestas y la opulencia se veía reflejada en productos culturales como cara cortada o en los diseños de Gianni Versace. Asimismo, fue un momento trascendental para la liberación sexual, en el que el conservadurismo y el matrimonio heterosexual ya no eran el deseo de los jóvenes, sino la experimentación sexual y la unión libre. A raíz de esa revolución sexual, los cuidados íntimos disminuyeron, y el VIH y el SIDA comenzaron a propagarse, y con ello el estigma que relacionaba a esta enfermedad con la homosexualidad. Sin embargo, muchos íconos de la comunidad LGBTI la revindicaban por medio de la cultura, como David Bowie, Prince, Boy George, Oscar Wilde, Pet Shop Boys, y Elton John, entre otros. 

Mientras tanto, en Inglaterra el punk estaba muriendo debido a la comercialización del propio género y a las transformaciones políticas de la ministra en ese entonces, Margaret Thatcher. El conservadurismo y la crisis económica envolvían a Reino Unido, y Diana de Gales, con su cercanía y empatía, le devolvía a la monarquía el cariño de los ciudadanos. Así se propagó el estilo pop y elegante de la llamada ‘Princesa del pueblo’, un ícono de la moda todavía vigente. 

Por último, en Colombia Gloria Valencia y su hija Pilar Castaño culturizaban a los colombianos en temas de moda; sin embargo, esta temática no era el auge en esos tiempos pues los colombianos estaban más enfocados en la calidad y producción textil. Asimismo, para la época no había todavía una ley de importación, por lo tanto, las prendas y accesorios que provenían de otros países costaban demasiado frente al poder adquisitivo de en ese entonces.