EL INICIO DEL
LEGADO
Los 80, una década entre la violencia y la esperanza, marcó tanto al país que hoy sigue siendo parte de nuestro legado.
Se escucharon cuatro disparos en la plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981, pero durante toda la década los colombianos se acostumbraron a toparse con el estruendo de un carro bomba en cada esquina. Esa era la cruda realidad de Colombia; sin embargo, en los 80 se dio el auge de la televisión colombiana y las familias se empezaron a ver reflejadas por primera vez en sus pantallas con historias propias.
Pablo Escobar era el terror viviente para una gran parte de la sociedad colombiana. Fue uno de los principales victimarios de los hechos más atroces de la época. Él era la clara representación de la situación del país con los carteles de narcotráfico, que se enfrascaron en una guerra contra el Estado, autodenominándose los ‘Extraditables’.
Desde las vidas inocentes perdidas en el vuelo 203 de Avianca el 27 de noviembre de 1989, hasta el atentado del DAS y los asesinatos de figuras públicas importantes; a pesar de que salir a las calles se convirtió en un terror constante, la esperanza de los niños permanecía intacta tras ver a Lucho Herrera coronarse campeón de una de las tres grandes del ciclismo: la Vuelta a España. Los andenes se llenaban de infantes jugando a ser su ídolo, escalando las grandes montañas e imitando los manubrios de las bicicletas con ganchos de alambre.
Para el Estado colombiano el único problema no era el de los carteles de narcotráfico, otros grupos al margen de la ley encabezaban la lista de enemigos públicos. Guerrillas como las FARC, el M-19 y el EPL se convirtieron en una gran amenaza para la estabilidad de los gobiernos de turno y mientras esto pasaba, los colombianos intentaban distraerse de aquella cotidianidad reuniéndose en familia al frente del televisor de la casa para ver producciones como “Décimo grado” e identificarse con su juventud, la que sí tenía un sabor autóctono.
El 6 de noviembre de 1985 los colombianos fueron testigos del fuego que destruyó los documentos y las vidas de más de un centenar de víctimas, sin contar a las personas de las que aún no se conoce su paradero, en la toma y la retoma del Palacio de Justicia. A pesar de los horrores que este hecho trajo al país, también inspiró a través del dolor múltiples obras de arte como la famosa “La siempreviva”.
Internacionalmente esta fue también una época de tensiones: la Guerra Fría tuvo influencia en la vida cotidiana y la cultura popular de occidente desde los años 50, incluyendo a Colombia y su década del terror, pero también sus productos artísticos traídos del exterior influenciaron a los jóvenes de la década y sus modos de vida.
Y aunque este decenio fue muy complicado para el país y sus habitantes, hubo una luz de esperanza en las creaciones de varios artistas incluyendo la moda, los videojuegos, los productos audiovisuales y la música.
es un proyecto de
Daniela Alarcón Aguilera, Valentina Angarita Ramírez, Laura Sofía Argüelles Niño, Laura Daniela Camelo Gama, Daniela Alejandra Hernández Barrera, Nicolás Martínez Sánchez, Paula Alejandra Molina Leguizamón, María Alejandra Pardo Caicedo, María Alejandra Pérez Cruz y Laura Alejandra Sierra Peña.
asesorado por
Mónica María Parada Llanes.
Taller Convergencia en Medios 2021-II
Universidad Externado de Colombia